¡Y llegó el momento de ir al nido!
- Joanmarie Nycander
- 7 sept 2017
- 4 Min. de lectura
Cuando Lucas nació, Luigi (#papadeluc) y yo, hablamos sobre el tipo de crianza que queríamos para Luc y en ese momento decidimos que nosotros nos encargaríamos en equipo de su crianza y que no lo mandaríamos al nido hasta que tenga 3 años. Los meses fueron pasando y nos dimos cuenta que nuestra decisión había dado muchos frutos positivos en la seguridad, apego e independencia de nuestro enano. Pero así como nos dimos cuenta de eso, también, aunque nos costó un poco, nos dimos cuenta que nosotros también teníamos que tener espacio para nuestros proyectos y metas y, por más duro que suene, tener al bebé 24/7 con nosotros y sin ayuda, no nos lo permitía. En especial yo, que trabajo de manera independiente, me sentía súper incomoda de tener que pedirle a algún familiar que me chequee al bebé para poder trabajar tranquila. Sentía que si seguía así, no iba a avanzar. Meditamos mucho el tema, evaluamos conseguir a alguna persona que nos ayude, pero finalmente decidimos meterlo al nido al año siete meses. Pues, además de brindarnos tiempo para hacer nuestras cosas, es un espacio en donde Luc puede socializar y aprender cosas nuevas. Todo parecía muy fácil, pero cuando empezamos a buscar nidos, nos dimos cuenta de que literalmente HAY MILES DE NIDOS e incluso distintas metodologías y "tipos" de nido, por así decirlo. Entonces, por donde empezábamos, qué teníamos que evaluar para escoger el nido adecuado para Luc. Así que primero hicimos un checklist de las cosas que queríamos que teníamos que evaluar distintas cosas: 1. Metodología 2. Ubicación (distancia de la casa) 3. Manejo de la adaptación . Primero, para saber que metodología es la adecuada es importante evaluar cuál es la situación en casa y cuál es el estilo de crianza que casa familia maneja, pues esto hará que tu niño se sienta más a gusto en el nuevo espacio. Nosotros en casa siempre tratamos que Luc descubra el mundo por si mismo y aprenda a hacer las cosas utilizando sus habilidades y creatividad. Pero también, consideramos que es súper importante que Luc entienda que hay cosas que no debe hacer, cosas peligrosas y que hay reglas. Así que el nido tenía que ir por esta línea. Por donde vivimos hay muchísimos nidos, así que realmente hicimos un súper tour de nidos. Visitamos muchísimos , algunos Montessori, otros Reggio Emilia, otros súper tradicionales y algunos que tomaban un poco de cada corriente y creaban la propia. Por cosas de la vida, llegamos a un nido que literalmente estaba a un paso de nuestro depa, y realmente nos encantó. Pues nos plantearon una propuesta basada en la metodología High Scope (sí, yo tampoco la había escuchado antes) En resumen, esta metodología tiene como base el aprendizaje activo, es decir que los desarrolla la parte emocional, social y cognitiva a través de experiencias directas. No es que les enseñen directamente las cosas si no que aprenden tocando, viendo, sintiendo y desarrollando proyectos que los lleven a sacar sus propias conclusiones. Lo que más nos gustó cuando visitamos el nido antes de meter a Luc, fue que las clases se veían divertidas y activas. Realmente un espacio en el cual pueden descubrir y los adultos (profesoras y auxiliares) guían y acompañan a los niños en el proceso, más no lo imponen. (Chin chin, sonido de lotería) Yeeee, habíamos encontrado una metodología que está muy acorde con lo que tenemos en casa. Para nosotros, un buen punto medio entre un nido tradicional y lo alternativo. Ya teníamos dos puntos de nuestra lista resueltos, pero faltaba el más difícil: el manejo de la adaptación. En si, si a Luc le gustará, si querrá quedarse, etc. En nuestro caso, Luc es un niño que ha estado conmigo siempre y que aún lacta, así que pensé que realmente iba a ser una tarea difícil. Los primeros días, yo fui con el a clases pero me quedaba sentado a un lado para que él entienda que es un espacio en el que se debe desenvolver sin mi, pero que yo estaba ahí para cualquier cosa que necesite. Si venía a pedirme tetita yo le explicaba que ahora estaba en el nido pero que a la salida podía tomar y la profe o las auxiliares se acercaban y le preguntaban si quería tetita o seguir haciendo su actividad. Un par de veces, lógicamente prefirió su teta, pero luego él se dio cuenta y entendió que las actividades eran divertidas y que la tetita estaba ahí para más tarde. Luego, lo empecé a dejar, siempre despidiéndome y haciéndole saber que si necesitaba algo yo iba a venir por él. Empecé recogiéndolo a las 10 am para que no se vaya cansado y de mal humor del nido y día a día le aumentábamos 15 minutos hasta que por fin se quedó de corrido de 8:30-12:15. Hoy en día, Luc ama ir al nido. Coge su lonchera y mochila y se para en la puerta. Me lleva contento hasta su salón y me enseña donde deja sus cosas y se sienta a cantar buenos días. La directora del nido es súper buena y siempre está en constante comunicación con los papás mandándonos fotitos de los chicos para ver cómo disfrutan. He escrito un montón pero siento que vale la pena pues este es el inicio de una nueva etapa para nosotros como familia y también para Luc que amerita lujo de detalles ajjaja. Espero que les sirva un poco mi experiencia. Para las que buscan un buen punto medio les dejo el dato del nido de Luc que tiene sede en Surco y Barranco, se llama Barranquito. https://m.facebook.com/nidobarranquito/
Estén atentas pues en el siguiente post les contaré a detalle cómo fue la adaptación tanto de Lucas, como mia, al nido. Creo que a mi me costó un poquito más que a él.




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