Las malas noticias durante el embarazo
- J
- 15 mar 2016
- 4 Min. de lectura
Mi embarazo no fue fácil al principio. Muchas veces oí historias maravillosas de los embarazos, las ecografías increíbles, los antojos, los paseos y los momentos que uno vive estando embarazada.
En mi primera ecografía, donde se supone que tenía 8 semanas y tendría que ver el corazón de mi bebé latir, ¡no se vio nada! Ni un punto, ni un indicio nada. Mi ginecólogo empezó a buscar en las trompas por si era un embarazo ectópico. En ese momento yo solo tenía una prueba de orina que decía positivo y un cálculo sacado según mi última regla. No sabía que hacer o que esperar, la verdad yo no entendía muy bien que pasaba. Mi ginecólogo me mandó ha hacer unos análisis de sangre y cita para dentro de dos semanas. Hice los analisis y tuve que esperar 72 horas para saber si todo estaba bien. Fueron 72 horas horribles, llenas de angustia, de inquietud, realmente estaba impaciente. 72 horas en donde evité hablar con mis amigas, solo hablaba con mi enamorado. Tenía miedo, pero no quería contar que estaba embarazada hasta ver a mi bebé, no se, no quería ilusionarme por las puras. La verdad si no hubiese sido por mi enamorado, hubiese ido a amenazar de muerte a la encargada de los análisis para que me los saqué en 10 minutos.
Después de la espera, finalmente los análisis salieron bien y en mi cita, después de dos semanas, por fin oímos el corazoncito de nuestro bebé. Fue hermoso.
En esa misma ecografía, nos enteramos también que había un hematoma que indicaba una amenaza de pérdida, así que me mandaron reposo absoluto y control cada dos semanas.
Nosotros ibamos a esperar al tercer mes para contar a nuestra familia del bebé, pero tuvimos que decirles ese mismo día, pues como ibamos a explicar que no me tenía que mover para nada.
Estuve en cama casi 3 meses, fue agotador la verdad. Nunca tuve dolor físico, ni sangrados ni indicios que algo andaba mal con mi bebé. Pero las ecografías decían lo contrario. Si bien el hematoma se reabsorbía poco a poco, y cada vez estaba más chico, este seguía ahí y yo tenía que seguir en reposo. Como dije, no me dolía nada fisicamente, pero tenía un dolor enorme en el corazón. Aunque sabía que no era mi culpa, me sentía culpable. No podía dormir. Al mínimo dolor, quería salir corriendo a la clínica (aunque el 90% de las veces fueron gases). Estaba muy preocupada. Creo que si no hubiese tenido el apoyo de mi enamorado, de mi familia y de su familia, hubiese caido en una depresión terrible.
Si bien estaba triste por que no podía salir, todos se encargaron de visitarme seguido, de traerme peliculas, de entretenerme con algo para que los días se me pasen más rápido.
Finalmente me dieron de alta en la semana 14, el hematoma ya no estaba y ya no había peligro. Ya podíamos gritarle al mundo que había un bebe en camino y de alguna manera seguir con mi vida normal.
Sin embargo, por más de que el doctor me decía que estaba todo ok, me costó hacer las cosas como si nada. Como si todo estuviera bien. Durante todo mi embarazo tuve miedo de que algo le pase a mi bebé. Lo conversaba con mi pareja y me ayudaba a sentirme mejor pero era complicado. Creo que me ayudó bastante abrirme con él, llorar y llorar si lo necesitaba, reirme hasta por las puras para distraerme. Al principio, no decía nada de lo que me pasaba pero luego me solté y hablé, y la angustia me soltó a mi también.
Algo que me ayudo bastante fue NO GOOGLEAR! Yo siempre tuve la mala costumbre de googlear cualquier dolor o molestia que tenía y al final sacar conclusiones sobre lo que me pasaba en ese momento. Pero con el embarazo aprendí que es mejor pecar de preguntona con el doctor que buscar por tu cuenta. En internet hay cada cosa, si bien pueden ser historias parecidas a la tuya, cada embarazo es distinto y no todos los desenlaces son iguales. Imagínense, me iba a hacer ideas por las puras. También aprendí a ser fuerte, muchas veces cuando me preguntaron que tenía, que por qué el bebe estaba en riesgo escuchaba comentarios como: "Qué raro, nunca había escuchado del hematoma, no te habrás caído", "No tiene nada que ver con que hayas fumado sin saber que estabas embarazada", "De repente has hecho algo", "Ya te dieron de alta, mejor sigue en cama un par de meses mas para que no pase nada". Si bien los comentarios no fueron con malicia, me hacían sentir terrible, como si fuera mi culpa. Y la verdad si el doctor no me hubiese explicado que es algo común más no normal, hubiese sentido culpa-
Si escribo este post es porque mi experiencia me ayudo a entender que todos los embarazos son distintos, que probablemente si hubiese tenido un embarazo sin riesgo no lo hubiese entendido. Que no debo criticar ni preguntar demasiado si a alguna amiga le llega a pasar, pues tu no sabes que pasa por su cabeza y puede ser realmente doloroso y hasta incómodo para ella. Y finalmente, si a ustedes les pasa esto. Para que sepan que no estan solas, que es importante que hablen con su persona más cercana (pareja, amiga, mamá, papá, etc) sobre todo lo que sienten, porque si no se pueden ahogar en sus propios miedos, como me pasó a mi al comienzo. Que así como hay buenas noticias, hay malas noticias también y es importante que no nos sintamos solas y mucho menos culpables, no es nuestra culpa, hay cosas que simplemente no podemos controlar y que estan fuera de nuestras manos, y es importante que tanto tu como tu entorno lo entiendan. Que no vas a ser ni la primera ni la última que reciba una mala noticia estando embarazadas. Hay embarazos perfectos, y un poco medio complicados. Ya sea al inicio o al final.
Hoy agradezco bastante que mi bebé este sanito y salvo en mis brazos, y aunque es agotador, no podría imaginarme mis días sin él.

Comments